Después del pequeño paréntesis que ha supuesto el Carnaval, y tras las notas del segundo informe, retomamos nuestra actividad diaria al comenzar la Cuaresma.
No podemos perder nunca de vista que, si bien la mayor parte de nuestro tiempo lo ocupa la formación académica, ésta no es la única dimensión de nuestra formación. Tan importante como ésta son para nosotros también la humana, la comunitaria o la espiritual. Precisamente lo que guía nuestro trabajo es esta convicción y no otras, pues estamos, como bien sabemos, en un Seminario.
Por ello, ya el Miércoles de Ceniza, la comunidad de internos nos reuníamos con algunas de las familias para celebrar juntos la Eucaristía y recordar la llamada a la conversión que Cristo nos dirige insistentemente. Ayuno, limosna y oración son las tres propuestas que Él nos hace en este tiempo.
Durante el jueves y el viernes, los distintos cursos tendrán sus propias celebraciones cuaresmales y el fin de semana la comunidad de internos vivirá con intensidad su convivencia trimestral en la diócesis hermana de Tui.
Además del concierto de la Real Filarmonía al que asistirán en la mañana del viernes los alumnos de 2º y 3º de ESO, es de destacar el testimonio personal que un Padre escolapio compartía con nosotros sobre su trabajo en Camerún, dentro de la Campaña de Manos Unidas que durante estos días se está presentando por toda España. Agradecemos desde aquí su entrega, su disponibilidad y su buen hacer en el ámbito de la promoción humana. Desde aquí nos comprometemos a apoyarlo también, entre otras cosas, por medio de nuestra oración y compromiso.