Apóstol Santiago, “Amigo del Señor” y patrono de nuestra tierra:
Cuando el Año Santo de la Misericordia toca a su fin, el Seminario Menor de la Asunción, con sus Formadores, Profesores, Alumnos. Personal de servicio y Familias, queremos unirnos y formar cadena con los miles de peregrinos que, a lo largo de este año santo, hemos visto acercarse a esta Iglesia Catedral en busca de perdón, protección, afianzamiento de su fe y renovación de las fuerzas para vivir en consonancia con la fe que profesamos.
Como ofrenda, en esta tarde te traemos nuestra ilusión, esfuerzo y empeño por ser fieles al proyecto educativo de nuestro Seminario, marcado por nuestros obispos a través del Plan de Formación para los Seminarios Menores.
También traemos la apertura y disponibilidad para buscar, acoger, cuidar y hacer que fructifique la llamada concreta que Dios nos hace a cada uno.
Te pedimos por el Presbiterio Diocesano, encabezado por nuestro Sr. Arzobispo D. Julián y su Obispo Auxiliar D. Jesús. Que el Señor reavive en nosotros la gracia de la ordenación sacerdotal y nos vuelva al amor primero, para que seamos testigos valientes y humildes del Evangelio.
Te pedimos que, al igual que tú, en contacto íntimo y continuo con el Señor, pasaste de ser “Hijo del trueno” a ser “Amigo del Señor”, nos enseñes y ayudes a salir de nosotros mismos, de nuestros intereses, de nuestros caprichos, de nuestro bienestar y abrirnos a las necesidades de los hermanos, mostrándonos disponibles para buscar y aceptar los planes del Señor sobre nosotros.
Te pedimos por los frutos del Sínodo Diocesano que se está celebrando. Ayúdanos a encontrar los cauces adecuados para una renovación personal y estructural que respondan a las necesidades de hoy en la Iglesia de Santiago de Compostela.
Te encomendamos nuestras familias y todas las familias cristianas. Que estén abiertas a la vida y a su defensa en todo momento y circunstancia. Que permanezcan fieles al amor y al vínculo matrimonial. Que acojan con gozo la posible vocación consagrada de sus hijos.
Bendice a nuestro Seminario, a nuestra Diócesis, con abundantes vocaciones al sacerdocio. Haznos generosos en la respuesta. También nosotros queremos decir “Possumus”.
Enséñanos a cultivar el amor a la Madre del Señor y nuestra, para que, en los momentos de debilidad, la sintamos cerca y nos sostenga.
Amén.