La Peregrinación hasta nuestros días
Las peregrinaciones volvieron a crecer a partir del Segundo Descubrimiento del Cuerpo de Santiago, en 1879, con la declaración papal del hallazgo de los restos apostólicos, afirmada en la bula Deus Omnipotens (1884), y con la celebración de un año santo extraordinario en 1885.
El Camino de Santiago tendrá un nuevo repunte en las décadas finales del XIX y a comienzos del siglo XX, sobre todo gracias a la acción pastoral de los arzobispos Payá y Martín de Herrera. La quiebra de la Guerra Civil Española (1936-1939) partió en dos una sociedad que tardaría en recuperar el ímpetu de las peregrinaciones, en una Europa sumida en dos guerras mundiales y la tensión de la posterior “guerra fría”.
En los años 50 y 60 comenzó tímidamente la recuperación, con la creación de las primeras asociaciones jacobeas de París (1950) y Estella (1963), y la celebración de los años santos 1965 y 1971. El impulso definitivo llegará a partir de 1982 con la peregrinación del papa San Juan Pablo II y su discurso europeísta en el altar mayor de la catedral de Santiago.
La Jornada Mundial de la Juventud en 1989 con la presencia de San Juan Pablo II y la peregrinación del papa Benedicto XVI en el 2010 supusieron el empuje definitivo del fenómeno jacobeo.