Como ya estaba anunciado, el pasado domingo el Seminario Menor realizamos el segundo de los tramos del Camino portugués. Viendo la predicción meteorológica que se nos iba dando a lo largo de la semana tuvimos nuestras reservas, pero, tras arriesgarnos a lo que viniera y ponernos en manos de Dios, el resultado superó con creces lo que pedíamos: ni una gota de agua cayó sobre nuestras cabezas.
Empezábamos la jornada con el Ofrecimiento de obras y la catequesis que D. Daniel nos dirigió en la iglesia de Porriño. En ella nos invitó a dejarnos guiar por las señales que Dios va poniendo en nuestra vida; no sólo las flechas del camino de Santiago, sino tantos y tantos toques de atención con los que Él quiere guiarnos.
Tras unas cuantas cuestas de subida, la parada que hicimos para reponer fuerzas fue agradecida por todos. No se imaginaban la complicada cuesta (aunque ahora de bajada) que nos esperaba. Poco antes de las 3 de la tarde ya habíamos alcanzado nuestro objetivo: Redondela. Allí comimos, descansamos y celebramos la Eucaristía dominical en la iglesia parroquial que, amablemente, D. Benito abrió para nosotros; precisamente lo que celebrábamos ese día era la dedicación de una iglesia, la primera de la cristiandad: San Juan de Letrán, la catedral de Roma.
Al igual que en la anterior ocasión, alumnos, padres, formadores, profesores y personal quedamos satisfechos (y cansados) de la experiencia. Volveremos a intentarlo el 14 de diciembre; en este caso para cubrir la tercera de las etapas: Redondela-Pontevedra.
En el apartado de fotografías puedes encontrar algunas de las de este día.