Las dificultades en la Edad Media
La historia del Camino de Santiago corre pareja a las vicisitudes de la historia de Europa. Pero a pesar de la influencia negativa que sobre la vida y la cultura causaron episodios como la “Guerra de los Cien Años” (1337-1453), la Peste Negra (1348) y los prolongados períodos de hambre y crisis económica y de pensamiento, el Camino de Santiago continuó vivo en el duro Trescientos y en el más benéfico siglo XV.
El encuentro con lo maravilloso seduce tanto a los más humildes como a los caballeros. El rey Alfonso XI de Castilla (1325-1350) es armado caballero en Compostela; doña Isabel de Aragón (1270-1336), viuda del rey don Dinís de Portugal, peregrina en 1325, donando su corona, entre otras posesiones y riquezas personales; a inicios de 1343 llega a Compostela santa Brígida de Suecia (1303-1373), que peregrina en compañía de su marido, Ulf Gudmarsson, y de otras personas; en la catedral sufrió una visión mística, algo habitual en su vida.
Al puerto coruñés arribaron en las décadas finales del XIV y durante el siglo XV un gran número de barcos cargados con peregrinos de Flandes, Bretaña, Inglaterra y los países bálticos, y mercancías flamencas, de Andalucía, Cataluña, Génova y Venecia. Los mismos muelles exportaban pescado ahumado al Mediterráneo y vino del Ribeiro con destino a la Europa atlántica.